Tengo las lágrimas a flor de piel, y en cuanto alguien dice cualquier palabra clave, rompo a llorar (hoy también, para qué engañarnos, jajaja). Estoy muy feliz, aunque esta mañana me haya despertado con todo el cuello engarrotado y sin poder moverlo del estrés. ¡Pero bueno, aquí seguimos!
No os voy a negar que ha sido un día raro. Esta mañana sentía que necesitaba que llegara el día de la boda ya para soltar todo de una vez, pero por la tarde, Sergio y yo nos hemos puesto mano a mano a hacer cosas, hemos salido al centro de Granada y, sinceramente, me ha dado la vida. Hemos recogido mi vestido, y aunque hoy no hemos cogido su traje, mañana lo haremos sí o sí. Aprovechando que teníamos tiempo, también fuimos a por las telas que van a decorar la boda, y Sergio ha terminado de hacer el pedido de las flores. Para rematar el día, nos pasamos por Makro para mirar algunas cosillas más.
Mañana, a las 10:00, nos casamos en el ayuntamiento, y esta noche vamos a celebrar nuestro «último día como pareja-pareja» como se merece: con una señora pizza y algún que otro chupito de crema de limoncello (al que me volví adicta en mi Erasmus en Roma, por cierto). Así que, como resumen del día, esto sería todo.
En cuanto a la temática del blog de hoy, ayer pensaba escribir sobre todas las cosas que no íbamos a hacer en la boda, como por ejemplo leer votos. Lo estuvimos hablando y, después de darle muchas vueltas, decidimos que no queríamos leer votos delante de tantas personas. Creemos que es mejor decirnos las cosas entre nosotros, cada día. Además, como buenos creativos, ambos sabemos que esto no es ponerse y soltar cualquier cosa. Escribir votos es mucho más. Yo, por más que me he sentado a escribir, no soy capaz de plasmar todo lo que mi corazón siente en un solo momento. Tiene que salir de forma natural, en el instante adecuado. Así que no habrá votos.
No obstante, cuando hemos llegado y te he visto, Sergio, haciendo algo que se llevará a cabo en la boda, he sentido tal admiración que… sí, lo siento. Sé que también lees el blog, así que hoy va para ti. No son votos, ni siquiera sabría ponerle un nombre, simplemente quiero escribir lo que esta tarde me ha evocado.
Me siento plenamente feliz de tener a mi lado a una persona con tantísimas ganas de mejorar siempre, con tanta proactividad y determinación en todo lo que hace. Y aunque a veces choquemos como coches de choque, porque somos unos cabezones, tengo clarísimo que eres la casualidad más bonita e inesperada que me ha pasado hasta el día de hoy. Nadie lo buscó, ni lo esperaba, simplemente pasó. Y es que cuando dos personas sienten admiración mutua y descubren todo lo que son capaces de hacer juntas, incluso sin ser pareja, sienten inevitablemente la curiosidad de saber qué pasaría si lo fueran.
Somos el mejor equipo. Nunca he tenido dudas de eso, y sé que lo seguiremos siendo. Pero además, quiero seguir riéndome contigo, por las bestialidades que dices y por tu forma de ser, tan propia de un niño criado en una familia con tres hermanos varones. He sido hija única durante muchos años, y como bien sabes, mis primos son para mí como mis hermanos. Al ser la mayor de nueve primos, siete chicas y solo dos chicos, tu energía masculina ha sido todo un descubrimiento para mí: divertida y a veces irritante (porque no estoy acostumbrada y me cuesta entenderla). Es algo diferente para mí y, aunque a veces me descoloca, me encanta. Ver cómo eres con tus hermanos me parece TAN bonito que me hace profundamente feliz y me reafirma en lo que quiero construir contigo.
Cuando era pequeña y me pedían que pidiera un deseo al soplar las velas de mi cumpleaños, siempre pedía un hermano o una hermana. No fue hasta los 17 años cuando llegó mi primera hermana, y después la vida me recompensó con mis primos, con todos los niños que han pasado por mi vida y, por supuesto, con los que he tenido la suerte de ver nacer. Pero llevo tantos años queriendo formar mi propia familia que, aunque educar a niños ajenos está bien, no es lo mismo cuando la educación no es 100% tuya. Sergio, tú significas eso para mí desde casi el principio: significas casa, familia y hogar, con un sentido más profundo que nunca.
La boda en sí es una celebración, sí, y será a lo grande, pero para mí significa mucho más que eso. Es la unión de lo más importante en mi vida: la familia que me vio crecer, con la que aprendí y soy quien soy, y la unión con las personas que elijo para seguir creciendo y construyendo juntas. (Tengo un nudito en la garganta…).
El día 29 veré a personas a las que hace muchos años que no veo, pero que llevo en mi corazón casi a diario, en muchos momentos y sentidos de mi vida. Y sinceramente, saber que eso va a pasar me hace tan feliz que no puedo explicarlo. De verdad, necesito darte las gracias, Sergio, por todas las cosas que hemos vivido juntos hasta hoy. Porque aunque el tiempo haya sido corto, menudas movidas.
Gracias a los trenes, al Club de Oro de la Buena Mesa Española, a los eventos, a las bodas de los demás y, sobre todo, al mítico videoclip de Perfume de Menta. Porque gracias a todo eso estamos hoy aquí: yo escribiendo esto y tú a mi lado, editando fotos de proyectos que hacemos crecer juntos.
Buenas noches…
Pd: dejo por aquí las dos perspectivas de cómo he recogido el vestido. La mía y la de Sergio antes de montarme en el coche.