¡Hola de nuevo!

Quedan 25 días para la boda y, como os decía ayer, hoy no hemos hecho nada relacionado con los preparativos porque, bueno, así somos nosotros. ¡Teníamos que trabajar! Aunque quedan cosas por hacer, en realidad hasta que no se acerquen más las semanas… ¿qué vamos a hacer?

En el blog de hoy quería hablar sobre el famoso número de invitados que tendremos en la boda. Lo digo así porque todo el mundo se escandaliza cuando les digo cuántos invitados tenemos confirmados, y sinceramente, no sé muy bien por qué. A mí siempre me han encantado las bodas. Quizás porque las viví desde pequeña como momentos llenos de nervios, ilusión, familia… como la Navidad. Para seros totalmente honesta, aunque sabía que quería casarme, nunca le di muchas vueltas al tema, y tampoco me había planteado si habría más o menos gente, hasta que llegó el momento de pensarlo.

Siendo sincera, este es uno de los temas que más dolores de cabeza me ha dado. Hay muchas personas a las que nos gustaría invitar pero que no pueden venir por la distancia, y otras a las que no hemos podido invitar porque se nos iba de las manos. Lo siento muchísimo por ellas, de verdad. Poner un límite de invitados, especialmente con familias tan grandes, es complicado… no, lo siguiente. Por eso también me gusta la idea de tener esta web y el blog, porque, de alguna manera, si les apetece participar, en nuestros corazones sí que están: amigos, compañeros y familia.

Lo que sí teníamos claro era que queríamos que estuvieran las personas más importantes y fundamentales en nuestras vidas. Gente que forma parte de nuestro presente y otras que, aunque ya no estén en el día a día, dejaron una huella importante en nuestro camino. Yo, personalmente, quería rodearme de las personas con las que he crecido, con las que tengo recuerdos bonitos, para que ese día pueda crear nuevos recuerdos igual de especiales o incluso mejores. Y, por supuesto, Sergio sentía lo mismo.

Por otro lado, gestionar las confirmaciones de los invitados fue, por momentos, una auténtica locura. Sergio, como buen informático, creó un Excel para llevar el control de todo, y desde el primer día comenzamos a montar las mesas. En ese aspecto, la verdad es que nos ha resultado fácil organizarlo. Ahora solo queda terminar de confirmar todo a través del formulario que os hemos dejado en la web. Este formulario, obra del Señor Informático, nos ayuda a saber si preferís carne o pescado, si hay intolerancias o alergias, etc., para que el restaurante pueda tenerlo todo en cuenta. Y, de paso, nos confirmáis quiénes venís sí o sí.

Pon un informático en tu vida si quieres que todo sea más rápido, ¡jajaja!

En fin, hoy el blog es cortito porque no hay muchas más novedades, salvo que finalmente he optado por usar aromaterapia para cubrir el sentido del olfato. ¡En unos días tendremos en casa los aceites esenciales que nos acompañarán en la boda, con un olor a Navidad que nos transportará a estas fechas mágicas!

¡Buenas noches, familia y amigos!