Buenas noches, una noche más y un día menos…
Creo que hasta ahora no ha habido nadie que no se haya sorprendido al escuchar que nuestra boda tiene una temática navideña. La verdad es que me tenéis muy entretenida con los típicos “¿y yo qué me pongo?”, o con mis amigas locas comprando mil atuendos para luego devolverlos.
Uno de los motivos por los que elegimos esta temática es porque, por nuestro trabajo, estamos muy acostumbrados a ver bodas, y no queríamos que la nuestra fuera igual. Como ya he dicho en alguna ocasión, hay muchos elementos de una boda tradicional, pero también otros que no, y darle esta temática significaba mucho para nosotros. Para mí, como ya sabéis, me transporta a mi infancia más tierna. Y para Sergio (que hasta ahora siempre ha sido el Grinch de la Navidad porque, como técnico de sonido y proveedor de eventos, se pasa las fiestas trabajando), es algo diferente y bonito. Además, desde que el principio de nuestra relación, hemos tenido claro que queríamos una base sólida de unión y familia, y sentimos que esta temática cumplía con todas nuestras necesidades. De hecho, por eso en la invitación especificamos que no es necesario buscar un atuendo de boda. Quien quiera hacerlo, adelante, pero quien no, puede venir simplemente a disfrutar de esta gran reunión familiar que hemos querido organizar.
Una vez explicado lo anterior… tengo que deciros que me falta soñar con la boda. La verdad es que hoy no ha habido tiempo para eso. Nada más salir de la cama, me puse a buscar un detalle para el joyero donde irán los anillos. Luego, una cantidad de gente empezó a escribirme recordándome lo poco que queda, y a la una de la tarde ya estaba dando botes de los nervios. Sobre todo porque necesitamos sacar la web para que podáis rellenar el formulario y confirmar quién viene y quién no. Y aquí un consejo para futuros novios que puedan estar leyendo esto: olvidad las confirmaciones por mensaje. Poned una fecha límite y mandad el formulario desde el principio. ¡Os vais a ahorrar muchísimo tiempo!
Esta mañana también me llamó Alex, nuestro oficiante y amigo (podéis conocerlo mejor en el apartado “Nuestros proveedores” de la web). Me preguntó si estaba nerviosa y, sin darme cuenta, de repente lo estaba, jajaja. Sergio, mientras tanto, se reía porque, en este tema, es un mar en calma. Lo único que le estresa ahora mismo es una de las tiendas online, que lo tiene atascado.
Después de la llamada, llegaron los aceites esenciales que pedí para la boda, pero para mi sorpresa no huelen exactamente como esperaba. Así que probablemente haga un segundo pedido con olores como canela y anís. Hasta entonces, haré pruebas con los difusores en casa hasta dar con el aroma perfecto que nos transporte directamente a la Navidad.
Hace unos años, me adentré en el mundo de la aromaterapia para entender mejor cómo ciertos olores pueden influir en nuestro cerebro y nuestras emociones. No me gustaban los olores artificiales de los ambientadores y descubrí que las moléculas naturales pueden estimular respuestas emocionales. Así que, en lugar de velas que huelen a galletas avainilladas y terminan doliendo la cabeza, decidí apostar por aceites esenciales. ¡Ya os contaré si consigo dar con la tecla!
Por otro lado, soy una persona bastante decidida (o cabezota, según se mire), y en lo relacionado con los detalles navideños de la boda no iba a ser diferente. En cuanto decidimos casarnos, me puse como loca a mirar Pinterest y creé una carpeta compartida con Sergio. Ahí empecé a coger inspiración hasta dar forma a algo muy nuestro. Hoy mismo he terminado de dibujar una idea para el fondo del fotomatón. Además, hemos ido al Carrefour y hemos comprado un par de detalles más, uno de ellos bastante especial: un buzón de Navidad para la mesa de firmas.
Os cuento un poco sobre el buzón porque parece que trae controversia. En las bodas donde hemos trabajado, en la parte del fotomatón, solemos poner una mesa con un álbum, decoración, bolígrafos y pegamentos. La idea es que los invitados peguen una copia de las fotos y dejen una dedicatoria. Pero, claro, cuando la barra libre ya lleva un rato, las fotos acaban pegadas como pueden… ¡y mi TOC… no puede con eso! Así que hemos ideado algo más organizado: cada invitado meterá su foto y su mensaje en un sobre y lo depositará en el buzón de los deseos. Luego, en casa, podré leerlos tranquila mientras los pego perfectamente en el álbum. ¡Paz visual y mental asegurada!
En cuanto al sentido del oído, estamos pendientes de crear la lista de Spotify para el cóctel y la comida. Aunque no toda será música navideña, habrá una selección que honre recuerdos familiares y momentos especiales.
Y para el gusto, habrá sorpresas que nos transporten una vez más a la Navidad. Aunque, obviamente, no hemos pedido un menú navideño al restaurante, sí hemos añadido detalles para que este sentido esté presente. Además, Mari y Blas (también podéis conocerlos mejor en el apartado de «Nuestro proveedores»), quienes nos ayudarán con la mesa dulce, se encargarán de mimarnos con sus creaciones. Estamos muy agradecidos por todo lo que están haciendo.
En fin, creo que hoy no tengo mucho más que contaros. Poco a poco, este blog va mostrando cómo será esta boda/no boda, en la que estamos poniendo todo de nuestra parte: la tecnología de Sergio; los recuerdos, emociones y sentidos de una maestra de infantil; y la música, la fotografía, el vídeo de dos personas que se dedican a las audiovisuales y los eventos… En resumen, todo aquello que define nuestro día a día.
Mañana hablaremos de los regalos para los invitados (sin spoilers).
Un abrazo de parte de Sergio y Lucía.
Os dejo por aquí los links de los aceites esenciales que hemos comprado:
- Aceite «Espíritu festivo» de naranja y jengibre: https://amzn.to/49odwWs
- Aceite de abeto negro o picea mariana: https://amzn.to/3ZmYhsb
2 respuestas
Esta web es una pasada, enhorabuena pareja
Estamos deseando que llegue ese día tan especial para acompañaros y desearos toda la felicidad del mundo
Gracias Julio, nosotros también, ¡pero sobre todo queremos llegar sanos y salvos! ¡Así que hay que cuidarse y disfrutar de lo que hacemos!