Buenas noches familia y amigos, ¡una noche más me vuelvo a sentar aquí!, hoy tranquila porque me acabo de poner música de piano para escribiros. En realidad, hoy ha sido un día de esos de montaña rusa. Uno de mis grupos de amigas (Las Doulas, mujeres que se forman para acompañar emocionalmente en los meses previos al embarazo, embarazo y puerperio) me ha dicho que es normal que cuando te casas, al igual que cuando vas a tener hijos, tengas una cantidad de emociones a flor de piel, porque es la nueva apertura de una vida nueva; dejas atrás cosas y otras aparecerán… Vaya, que aunque aparentemente no sienta que estoy nerviosa, en realidad estoy más sensible de lo normal. Sergio da fe de ello, jajaja.
Por su lado, él sigue tranquilo, y me hace gracia porque ya que vamos a hablar de música, hoy os voy a presentar a Alex Rama (a los que no le conocéis). En realidad, la presentación como tal la tenéis en el apartado de «Nuestros proveedores», pero bueno, sigo contando la anécdota de hoy. Esta mañana me ha hablado por WhatsApp para preguntar qué tal iban los preparativos y, en un momento dado, me dice: «¡Bah! Si todavía queda para la boda…». Automáticamente he mirado a Sergio y le he dicho que qué les pasaba a los dos, que eran iguales con «la pachorra», jajaja. Alex es el saxofonista con el que Sergio trabaja en las bodas, juntos formas «Tic Tac Sax».
Lo cierto es que no he podido concentrarme hoy mucho, ni para editar vídeos… ha sido un día poco productivo para mí en ese sentido por la montaña rusa de emociones, aunque lo he intentado. La cosa es que tampoco he actualizado la carpeta de Spotify, aunque mi madre ya me ha preguntado por ella. Prometo tenerla mañana; de momento ya le he dicho a Sergio que cree el acceso aquí, en la web, y creo que antes de que termine el blog estará añadida.
¡En fin! Vamos a hablar de lo que nos va a hacer bailar. Hasta mi abuela Encarna dice que no va a parar de bailar el día de la boda de su primera nieta, está emocionadísima, jaja.
Hay una cosa que tengo clara y es que me gustaría hacer honor a las diferentes etapas y/o familias de mi vida y de las de Sergio. Por eso vamos a intentar dividir los diferentes momentos de la boda por estilos musicales, o al menos vamos a intentarlo, aunque ya por experiencia sabemos que da igual lo que se ponga, porque no siempre llueve a gusto de todos, jajaja.
Al igual que el resto de sentidos, el sentido del oído, cuando escuchamos sonidos o melodías que reconocemos, nos puede transportar a momentos, lugares y/o personas. Es a esto a lo que me refiero con que me gustaría hacerle honor a las diferentes etapas de nuestras vidas, y espero que al menos un ratito bailéis todos esos «cierrabares» dándolo todo. Yo no prometo que aguante todo el tiempo, puede que me duerma por alguna esquina, como de costumbre, jajaja, aunque no creo, porque me gustan demasiado las bodas… jaja.
También habrá sorpresas en este «sentido», además, creo que bastante gratas y divertidas, que no dejarán a nuestro cuerpo descansar, que también os digo… lo mismo nos viene hasta bien mover el esqueleto con tanto dulce ingerido, para que no nos dé un subidón de azúcar, jajaja.
Y poco más. Antes de despedirnos, y ya sin nada que ver con la música, a Sergio parece que cuantos menos días quedan más le gusta inventar, y no para de pensar y darle al coco proponiendo nuevas ideas que pueden quedar estupendas en la boda. Yo, que estoy un poco más para allá que para acá, pues no se me ocurre otra cosa que seguirle el juego y verlas como súper ideas que harán que vivamos una experiencia muy completita. ¿No es genial? A mí es que me gusta hilar bien las cosas, y soy de las que piensan que las cosas cuando se hacen con el corazón tienen muchísimo más valor, aunque sean trabajos que no tienen nada que ver contigo, pero hay que saber «mimetizarse» y vincular las emociones, y más cuando trabajamos con personas constantemente. Obviamente, no podría ser menos en nuestra boda.
¡Ale! Ya me despido, y mañana sigo con otra cosa. Todavía no sé bien qué exactamente. Cómo implicamos a la familia en la boda o la decoración floral, porque podría hablar de los NO votos que vamos a hacer, como buena pareja que está montando la antiboda, jajaja. Al final Julio (en «Nuestros proveedores») nos corta la cabeza por no casarnos como Dios manda.
¡Uy! Estaba preocupadísima porque no había hecho nada en la carpeta de música que creamos en verano Sergio y yo, en uno de nuestros viajes a Madrid, precisamente para la boda, sin saber que llegaría tan pronto, y me acabo de dar cuenta de que por la música no me tengo que preocupar del todo, ¡que él es DJ!, jajaja.
Buenas noches familia, un abrazo de parte de Lucía y Sergio.
Hasta mañana.