Sí, lo digo y no me escondo…

¡Ya tengo el olor a Navidad!

Me lo ha chivado ChatGPT… ¡y no me escondo! Me ha dicho hasta las gotitas exactas de aceites esenciales que tengo que echar al difusor para que todo huela en condiciones. Ahora vamos a pedir el que nos falta (una sinergia de vainilla y canela, ¡os dejo el link abajo!) para poder hacer la prueba en cuanto llegue.

Inciso: Sergio tiene la música “pumchi pumchi” a todo volumen aquí al lado, y estoy a punto de volverme loca. No me deja pensar… ¡pero ya se ha puesto los auriculares!

Vale, aquí os comparto la mezcla que me ha sugerido ChatGPT para que huela a Navidad:

  • 3 gotas de aceite esencial de naranja
  • 2 gotas de aceite esencial de abeto negro
  • 2 gotas de canela
  • 1 gota de clavo (adoro ese olor)
  • 1 gota de vainilla
  • 1 gota de cardamomo

Además, me especifica que funcionan mejor los difusores ultrasónicos (en casa ya hay unos cuantos), así que todo irá estupendamente. Por si os interesa, estos difusores rompen las partículas de agua y de aceites esenciales en una fina niebla, liberándola sin necesidad de calor. Esto es importante porque, al calentar un aceite, puede perder o modificar sus propiedades terapéuticas. (Sí, los aceites tienen propiedades terapéuticas, así que además de oler bien, estaréis respirando cosas sanas). También ayudan a hidratar el ambiente, lo cual viene genial si tenéis calefacción o aire acondicionado. En fin, ¡sigo con la boda que me emociono con estos temas, y me lío!

Avances del día

Hoy hemos estado aceptando los formularios que nos habéis enviado. ¿Y esto qué es? Pues una maravilla informática que Sergio ha preparado y que nos está facilitando muchísimo la vida. Básicamente, vuestros datos llegan a una base de datos. Desde ahí, podemos asignar el número de mesa donde os sentaréis, y luego Sergio copia y pega esa información en un Excel que automáticamente genera los meseros en el diseño elegido, en PDF, sin necesidad de hacerlo uno por uno. Así es como Sergio ahorra tiempo organizando una boda en semanas. Hasta ahora, ha estado muy tranquilo, y yo lo estoy disfrutando mucho. Este ratito para escribir el blog me da vida.

Los trajes: Lucía

En lo que respecta a los trajes, Sergio quería ir de bola de Navidad… pero no va a ser posible. No porque yo me haya opuesto, sino porque, sinceramente, su cuñada Roxana probablemente lo persiga por todo el pueblo si no va adecuadamente vestido, jajaja.

Bromas aparte, cuando empecé a ir a bodas como fotógrafa (hace un par de años), hice una carpeta de inspiración para vestidos de novia. En mi mente tenía claro lo que quería, y me hubiera gustado coserlo entre mi abuela y yo, pero ella ya no tiene ganas de coser, aunque sí de ir a la tienda a decirle a la modista cómo debería meterle al vestido “por aquí” o “por allá”, jajaja. Así que, al poco de decidir que nos casábamos, me puse a buscar algo similar a lo que había imaginado. Cuando entré en la web de Rosa Clarà, me enamoré. Les mandé el modelo a «damas» y a mi abuela, y todas coincidieron en que era precioso. Pedí cita para el 19 de octubre, y allá que fuimos. Casi se les para el corazón cuando les dije que me casaba en mes y medio.

Cuando llegamos a la tienda tenían preparados todos los vestidos que les pedí. El primero que me probé fue el vestido. Mi tía me animó a probarme media tienda por si acaso, pero ya sabéis que soy muy clara (o cabezota, según se mire). Mi abuela y yo lo teníamos clarísimo: ese era el vestido, sí o sí. Entre risas, me pusieron la marcha nupcial, abrieron una botellita de champán y ahí estaba yo, llorando por primera vez, porque aún no era consciente de lo que estaba pasando.

Los trajes: Sergio

En cuanto a Sergio, no tenía nada claro qué ponerse. Después de recorrer varias tiendas, fuimos a su sastre de confianza a finales de noviembre. Nos dijeron que para el 7 de diciembre llegarían nuevos trajes, así que volvimos ese día. Cuando vi uno de ellos, colgado en su perchero, supe que era el traje. Sutilmente le sugerí que se lo probara, y nos encantó a todos los que estábamos allí.

Por cierto, en la tienda no saben que es el novio, porque si lo supieran nos habrían regañado por entrar juntos, jajaja. A día de hoy, seguimos sin saber si Sergio aparecerá como bola de Navidad, pero lo que sí sabemos es que ambos iremos muy diferentes a como lo habíamos imaginado al principio. Eso sí, ya os lo digo yo aunque tenga dos abuelas como dos soles para decirlo: ¡vamos a ir “pa’ comernos”!.

Un detalle final

Por último, una «preocupación» que empecé a tener cuando comencé a ir a bodas de manera más consciente, era si el conjunto de mi vestido y el traje combinarían bien, por eso también está siendo buena idea todo el tema de hacernos las fotos juntos jajaja. Cosas mías y mis paranoias, qué le vamos a hacer… ¡aquí nadie se salva!

Dicho esto, porque el blog de hoy ha quedado largo, os damos las buenas noches y seguimos mañana con otro tema. No os olvidéis de rellenar el formulario para que podamos organizar las mesas y avisar al restaurante de los platos principales. ¡Gracias!

Un abrazo,
Sergio y Lucía 😊

Por cierto, si alguien (de los que no saben cómo es el vestido) se anima a decir por aquí cómo se imaginan los trajes, me está encantando escuchar y leer a las personas que se lo pregunto, porque algunas aciertan y otras están totalmente perdidas. De hecho, a Sergio le hice la misma pregunta y él dice que mi vestido será liso entero, pegado, como de tubo y bastante sencillo, con la espalda descubierta y de manga larga. ¿Vosotras/os qué decís? ¡Os leemos en comentarios!

Enlace del aceite esencial de canela y vainilla: https://amzn.to/3OTDebP

2 respuestas

  1. Buenas noches, la verdad que no te imagino con un típico vestido blanco de novia, pues creo que será diferente y especial …pero como estoy impaciente por verte….voy a ver el catálogo de Rosa Clará y a imaginarte con un de ellos puesto…..gracias por transmitirnos ilusión y sobre todo tu olor a clavo y Navidad….Buenas noches novios e invitados

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