Un día «a lo Sergio»

Si esperáis enterneceros con frases bonitas sobre cosas maravillosísimas de la vida, de la boda, y hasta del aire que respiro… ¡irse!

Hoy me toca a mí (Sergio) escribir un capítulo más en esta especie de «gran hermano family/christmas versión». Para aquellos que no me conocen, suelo ser hombre parco de palabras pero como dicen en los pueblos «tengo la lengua como una maza». Así que… yo digo poco pero cuando hablo, ¡suele subir el pan!

Que hablando de pueblos, «bastetano el que no bote» vaya por delante en mis palabras… pero eso es otra guerra que otro día hablamos largo y tendido. Hoy ha sido un día de los míos. ¿Los indicios?:

  • Hemos dormido poco  ✓
  • Estamos «reventao’s» ✓  (principal motivo por el cual estoy escribiendo yo hoy…)
  • Hemos aventajado «un huevo» de cosas que para los mortales y gente corriente hacen que se esté de nervios a un par de semanas de su propia boda ✓

Como ya sabéis, uno de mis perfiles laborales antaño ha sido el de organizador de eventos. Dentro de ese mundillo, el frenesí de emociones junto a un calendario de 1 u 2 bodas por semana te curten en este terreno… y claro… parezco muy loco cuando digo a 3 semanas de mi propia boda «que aún queda mucho tiempo…»

Vosotros imaginad. Al ritmo de bodas que un organizador puede llegar a tener… ¡no te queda más remedio que atender a cada pareja de novios el propio lunes de la semana de su boda! No mal interpretéis el mensaje, por supuesto que se tiene todo planificado de antes. Previamente, están todos los esquemas hechos, se sabe presupuesto de cada cosita, etc… etc… Pero sí, reconozco… que han sido muchas parejas que constantemente me llamaban porque han querido hacer el vigésimo tercer cambio de su guion del discurso durante la ceremonia civil…

A todas esas parejas, siempre hay que calmarlas y arroparlas, pero… aquí entre nosotros… «una palmaica’ en la espalda, y pa’lante», que ya aparecerás con otro cambio más a la semana siguiente… y otro… y otro… y así, hasta los días previos de tu boda que es cuando de verdad se toman las decisiones.

Y es que las bodas al final siempre son así, pura improvisación… un constante cambio hasta que llega la fecha y sale.

«Una boda siempre sale»…. Cuantas veces habré dicho esa frase a mi equipo, a los novios, a los amigos…

Pues hoy, tras semanas viendo como Lucía y su familia se tiraban de los pelos de tantos nervios (probablemente a causa del pasotismo que yo he mostrado…) por fin me ha llegado «la aprobación de lucía. Dejo un testimonio ilustrativo que define el sentimiento:

No se aprecia bien, pero es un furgón «feo de grande» lleno de cosas que han hecho que Lucía no parase de sonreír. La conversación hasta que hemos vuelto a la casa (hace escasos minutos) no ha parado de fluir constantemente con más ideas, nuevos estilos y diseños… y todo cargado con aún más ilusión.

Que sí, que Lucía ahora está diciendo «por Dios Sergio… ¿no podríamos haber hecho esto antes?»… pero bueno…. ¡así soy yo! 🐐

Definitivamente, la hora de ponerse las pilas está llegando… «ese lunes de antes de la boda» está ya más cerca de lo que nos pensamos y en estas fechas hay bastante jaleo de trabajo, complicaciones con tantas festividades de por medio y por qué no reconocerlo, «algo de gusanillo se me pega» con tanta gente alrededor preguntando y poniéndose atacá’ de los nervios

Tengo que admitir que en el fondo me encanta ver el buen feedback y apego que está teniendo nuestros preparativos… así que… no descarto «robarle los mandos» algún que otro día mas y escribir otra entrada del blog contando más cositas curiosas y anécdotas que me guardaré para siempre en el corazón tras ver la cara de felicidad de Lucía tras calentarse la cabeza con cualquier tontería y despejarle todas las dudas  y miedos con un gesto tan simple como acompañarla a un almacén al por mayor

Y es que, como cabría esperar… «si no lo ves, no lo crees»

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